En una residencia para personas mayores es necesario atender un abanico de necesidades de los usuarios que tenga un carácter integral.
La residencia es su nuevo hogar, y como tal tiene que atender, no solo las necesidades básicas y de seguimiento médico-sanitario, sino que tiene que cubrir facetas tan variadas como la socialización, necesidades afectivas, religiosas, de autoestima y todos los aspectos que puedan convertir la vida del mayor en una existencia feliz y de plenitud merecida después de una larga vida de trabajo y esfuerzos.